Textilana: Emblema de la Industria Nacional en Crisis
Textilana S.A., un símbolo de la producción textil argentina con sede en Mar del Plata, está enfrentando una de sus crisis más severas.
En ese marco la empresa, que durante décadas fue un referente de la integración productiva en el país, ha reducido su producción en un 20% y despedido a 150 empleados, reflejando una problemática mucho más amplia en el sector: la creciente penetración de importaciones.
Desde su fundación en los años 70, Textilana evolvió de un modelo de hilado para terceros a la fabricación integral de indumentaria. Sin embargo, hoy se encuentra atrapada en un contexto donde el stock excesivo y la falta de demanda se han vuelto una constante. La temporada invernal, lejos de ofrecer un respiro, ha intensificado la crisis, según testimonios de sindicatos que alertan sobre despidos sin indemnización y renuncias forzadas debido a bajos salarios y retrasos en los pagos.
El contexto no es aislado: más del 70% del consumo de ropa en Argentina está cubierto por productos importados. Entre enero y mayo de este año, las importaciones de indumentaria crecieron un 136%, alcanzando un récord histórico de 1.572 millones de dólares, según la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA). Este aumento en las importaciones, muchas veces a precios de dumping, ha contribuido a que la capacidad instalada de la industria local caiga al 40%.
La situación está afectando no solo a Textilana, sino a todo el sector textil. En lo que va del año, 68 pymes han cerrado, y más de 4.000 empleos se han perdido. En el conurbano bonaerense, el panorama es igualmente desolador, con más del 40% de la maquinaria industrial detenida.
Camilo Kahale, presidente de la FEBA, advirtió sobre el daño estructural que podría provocar esta crisis si no se toman medidas urgentes. La apertura indiscriminada de importaciones y la apreciación del peso están minando la capacidad competitiva de las empresas locales. "Este contexto está destruyendo nuestra capacidad de competir", enfatizó Kahale.
Por su parte, Hugo Benítez, secretario general de la Asociación Obrera Textil de la República Argentina (AOTRA), denunció que la política de reducción de aranceles favorece a productos chinos, perjudicando así el empleo local. "Al bajar aranceles a las importaciones, se están premiando a las fábricas extranjeras y dejando en la calle a miles de trabajadores argentinos", señaló.
Un informe reciente de la Fundación ProTejer resalta que el primer trimestre de 2025 fue devastador para el sector, con cinco de cada diez empresas reportando caídas en ventas interanuales, con una merma promedio del 5%. Esta situación crítica exige una respuesta inmediata por parte de las autoridades y un compromiso renovado hacia la protección y fomento de la industria textil nacional, para garantizar el futuro de empresas emblemáticas como Textilana y la preservación de los empleos en el sector.
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