En ese sentido el encuentro tuvo lugar en un contexto donde la defensa de los derechos laborales y la protección del cabotaje nacional cobran urgencia.

Durante la reunión, participaron todos los secretarios de las secciones y del secretariado nacional del SOMU. Alejandro Vargas, secretario de relaciones laborales del sindicato, expresó su preocupación por la escasa participación de los legisladores en la discusión de un tema que se considera fundamental para el desarrollo económico del país. "Nos preocupa la poca participación de diputados y diputadas en este recinto, teniendo en cuenta que es un tema tan particular", manifestó Vargas.

El secretario resaltó la importancia de abordar la soberanía nacional y la necesidad urgente de proteger el cabotaje nacional, así como de resguardar los puestos de trabajo que se han mantenido bajo convenios laborales por décadas. "Argentina supo tener una marina mercante fuerte, sosteniendo miles de puestos de trabajo calificados y generando divisas", enfatizó. La desregulación del sector durante los años 90, impulsada por el decreto 1772 del entonces presidente Menem, marcó un punto de inflexión que llevó a una disminución drástica de la marina mercante nacional, afectando a trabajadores, astilleros y la industria.
Vargas hizo un llamado a la empatía hacia las familias que dependen del trabajo marítimo, recordando que detrás de cada barco hay hombres y mujeres que sacrifican momentos familiares por el bien de su labor. "El marino mercante no solo navega por necesidad, navega con orgullo", reflexionó. Sin embargo, la situación se ha vuelto crítica, con una significativa reducción en el número de buques de bandera nacional y un legado de trabajadores que enfrentan dificultades para jubilarse debido a la eliminación de aportes previsionales.

El sindicalista planteó que el 95% del comercio exterior argentino se realiza en buques de bandera extranjera, generando un costo millonario en fletes y una dependencia que pone en riesgo la soberanía logística del país. "¿Qué pasaría si un día esos barcos deciden no venir?", cuestionó, resaltando la vulnerabilidad del sistema actual.

La problemática va más allá de un simple debate sobre regulación; se trata de una lucha por la dignidad y el respeto hacia el trabajador marítimo argentino. Vargas insistió en que no se puede hablar de soberanía ni de trabajo digno sin proteger la marina mercante nacional. "Esto no es proteccionismo, es soberanía", afirmó, haciendo hincapié en el rol de países como Estados Unidos y Brasil, que implementan políticas a favor de sus flotas nacionales.
En conclusión, el SOMU, en voz de su secretario Alejandro Vargas, solicitó a los legisladores que tomen en cuenta esta problemática y que se comprometan a defender la soberanía nacional y los derechos laborales de los trabajadores del mar y del río. La reactivación de la marina mercante se presenta como una necesidad urgente no solo para revitalizar la economía del país, sino también para garantizar un futuro digno a miles de familias que dependen de esta actividad. La defensa del trabajo y la soberanía se consolidan como un pilar fundamental en la búsqueda de un futuro más justo y próspero para todos los argentinos.