En el marco del Confederal de la CGT, Hugo Moyano volvió a marcar la cancha dentro de la central obrera. El histórico jefe de Camioneros se pronunció a favor de mantener el formato de triunvirato en la conducción sindical y aseguró que esa estructura “funcionó bien y tiene que seguir siendo así”.

El dirigente, acompañado de sus hijos Hugo y Jerónimo, remarcó que la unidad es el único camino:

> “Tenemos que fortalecer más a la CGT para que pueda lograr los objetivos que todos buscamos. Que el trabajador tenga la dignidad que merece tener. Con ese objetivo tenemos que mantener esta unidad, aunque digamos las cosas que tengamos que decir, pero tratar de estar todos juntos porque un pueblo unido jamás será vencido”.

Sin embargo, Moyano no se quedó solo en lo institucional y aprovechó para ventilar las diferencias familiares que lo distancian de su hijo Pablo, quien fue marginado tanto de la CGT como de Camioneros:
> “Uno de los secretarios generales se retiró de la CGT. Ustedes deben recordarlo. Yo lo recuerdo. Mi hijo Pablo. ¿Por qué? Porque tenía una forma poco… no digo violenta, pero un poco más dura, porque no entendía que había cambiado esta sociedad”.

La frase más dura llegó cuando habló de la relación de Pablo con Cristina Fernández de Kirchner:
> “Como ustedes saben, alguien de mi familia visitó a Cristina. Imagínense cómo nos cayó. Pablo la fue a visitar y ni me llamó por el Día del Padre”.
El enfrentamiento entre padre e hijo, que comenzó en 2021 por la administración de la obra social del gremio, parece hoy en un punto de difícil retorno. En paralelo, Hugo Moyano dejó entrever el ascenso de nuevas figuras, como Octavio Argüello, y su acercamiento a sectores dialoguistas de la CGT, en contraste con la línea dura que encabezaba Pablo.