En ese contexto la comunicación de la paralización fue realizada a los representantes del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA). Durante las primeras dos semanas, GM llevará a cabo un mantenimiento de la planta, lo que implicará la suspensión de los operarios, quienes serán enviados a sus casas sin actividad. En la segunda mitad del mes, la empresa otorgará vacaciones, pero esto no mitiga la inquietud que se cierne sobre el futuro de empleo en la región. La medida de producir un cese de actividades durante los primeros días de cada mes hasta diciembre ha suscitado el descontento de los sindicalistas, quienes cuestionan la acumulación de tiempo sin producción y las posibles compensaciones que se verán reflejadas en un aumento de las vacaciones. En este contexto, los dirigentes del SMATA se encuentran a la expectativa de la confirmación de las condiciones económicas para los alrededor de 600 trabajadores afectados, especialmente si se mantendrá el 75% del sueldo bruto durante las suspensiones o si habrá recortes adicionales. Es relevante destacar que GM ya había enfrentado dificultades en el pasado año, interrumpiendo la producción en varias ocasiones debido a problemas en la importación de piezas. Este patrón se ha repetido en marzo, abril y mayo de este año, cuando la empresa debió ajustar su producción y atender la readecuación de la demanda. La paralización de la producción en la planta de Alvear no solo afecta a los trabajadores directos, sino que también tiene un impacto significativo en la economía local. La incertidumbre que rodea a los empleados y sus familias resalta la necesidad de un diálogo constructivo entre la empresa y el sindicato para abordar las preocupaciones y buscar soluciones que garanticen la estabilidad laboral en el largo plazo.