En ese contexto la jornada del viernes 14 de junio estuvo marcada por una misa celebrada en la parroquia del Inmaculado Corazón de María, ubicada en la calle Constitución 1077 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La memoria del sacerdote de la Fraternidad de los Hermanitos del Evangelio en el marco de un nuevo aniversario del secuestro y desaparición del religioso en momentos en que se desempeñaba como barrendero en un corralón municipal del barrio porteño de Flores. Mauricio Silva nació en Montevideo, Uruguay, el 20 de septiembre de 1925, en el seno de una familia humilde, y fue ordenado sacerdote en 1951 en la arquidiócesis de Córdoba, donde había estudiado desde 1948 por disposición de sus superiores de la congregación salesiana. El padre Silva fue secuestrado la mañana del 14 de junio de 1977, mientras realizaba tareas como barrendero municipal en la esquina de Terrero y Magariños Cervantes, en el barrio de Flores. En ese contexto Andres Minio delegado representante de la delegación Zona Norte expresó el Día Nacional del Barrendero es una fecha significativa que honra la memoria de aquellos trabajadores que, como Mauricio Silva, desempeñaron una labor fundamental en la limpieza y el mantenimiento de las calles y espacios públicos,en esa linea agregó además contamos con la presencia de Pablo Moyano y Marcelo Aparicio",esta misa conmemorativa refleja el reconocimiento y el respeto hacia la figura de los barrenderos y su contribución a la sociedad". A su vez Omar Román sostuvo "La celebración de la misa en la parroquia del Inmaculado Corazón de María fue un momento de reflexión y homenaje a la vida y el legado de Mauricio Silva, cuyo sacrificio y dedicación en su labor cotidiana son recordados con admiración y gratitud". "La presencia de nuestros dirigentes Pablo Moyano y Marcelo Aparicio en este acto resalta la importancia de valorar el trabajo de todos los sectores laborales y de rendir homenaje a aquellos que, muchas veces en el anonimato, contribuyen al bienestar de la comunidad". concluyó Román.- Asimismo esta celebración especial muestra la solidaridad y el compañerismo que caracterizan al movimiento sindical y refuerza el compromiso con la memoria y el reconocimiento de los trabajadores, en especial de aquellos que han dejado su huella en la historia laboral del país. La misa en conmemoración al Día Nacional del Barrendero se convierte en un acto de reconocimiento y agradecimiento a todos los trabajadores que, con su esfuerzo y dedicación, contribuyen al bienestar de la sociedad en su conjunto.