Domingo 27 de Abril de 2025

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SOCIEDAD

21 de abril de 2025

Adiós a la Esperanza: falleció el Papa Francisco a los 88 años. un líder visionario que abogó por el amor y la justicia

La mañana de este lunes 21 de abril de 2025, el Vaticano se viste de luto tras la sorpresiva noticia del fallecimiento del papa Francisco, conocido como Jorge Bergoglio. A los 88 años, su vida se apagó a las 7:35 hora de Roma, un día después de haber reaparecido en la misa de Pascuas, llevándonos a recordar su legado de amor incondicional y lucha por la justicia social en un mundo lleno de desafíos.

En ese marco con profunda tristeza, el cardenal Kevin Farrell anunció la muerte del Santo Padre, destacando que "toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia". Francisco, quien asumió el papado en marzo de 2013, dejó una huella imborrable en el corazón de millones de fieles, siendo un símbolo de esperanza y renovación en la Iglesia católica. Un legado de amor y compasión Desde su ascenso como Papa, Bergoglio se dedicó a promover un mensaje de apertura y modernización dentro de la Iglesia. Su enfoque reformista incluyó medidas decididas para combatir la pederastia, y su constante llamado a la acción a favor de los pobres y marginados resonó en el corazón de quienes luchan por un mundo más justo. "Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal," manifestó el cardenal Farrell en honor a su legado. Los temas centrales de su pontificado también incluyeron la paz en conflictos internacionales, como los de Palestina e Ucrania, y un ferviente compromiso con la protección del medio ambiente. En un contexto donde el "dios dinero" amenazaba con opacar la esencia de la vida humana, Francisco fue un faro de esperanza, abogando por la equidad y la dignidad de cada persona sin distinción. La conexión con su tierra natal Como argentino, el vínculo de Francisco con su país siempre fue genuino y significativo. A pesar de evitar inmiscuirse en la política diaria, su disposición a recibir a presidentes argentinos de distintos sectores políticos mostró su compromiso con el diálogo. Sin embargo, su tan esperada visita a Argentina quedó como una cuenta pendiente, siempre postergada por circunstancias que nunca se lograron calmar. De aquella primera visita a Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud en 2013, siempre quedará en la memoria su llamado a los jóvenes: "salgan a la calle y hagan lío", un grito de esperanza para que las nuevas generaciones se impliquen en la lucha por un "mundo nuevo". La partida del papa Francisco deja un vacío inmenso en la comunidad católica y en todos aquellos que han encontrado en sus palabras un consuelo y una guía. Hoy, el mundo no solo llora la pérdida de un líder religioso, sino también de un hombre que soñó y trabajó incansablemente por un mundo más justo y solidario. "Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús," concluyó el cardenal Farrell, mientras la comunidad católica y el mundo se unen en una oración por el alma de Jorge Bergoglio, un hombre que, más allá de su cargo, fue un servidor de la humanidad. Su legado permanecerá vivo en aquellos que continarán su lucha por la justicia, la paz y el amor en un mundo que aún necesita su luz. Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el barrio Flores de la Ciudad de Buenos Aires. Fue el primer hijo del matrimonio de los italianos Mario José Francisco Bergoglio y de Regina María Sivori, una familia de clase media baja, creyente y cercana a la iglesia. Desde chiquito tuvo una relación con la Iglesia. Sus padres lo enviaron al Jardín de Infantes del Instituto Nuestra Señora de la Misericordia, lugar donde recibió su primera comunión. Luego hizo sus estudios primarios en la Escuela N° 8 Coronel Pedro Cerviño y el secundario en la E.N.E.T. N°27 "Hipólito Yrigoyen", donde se recibió con el título de técnico químico. A los 17 años decidió seguir su vocación sacerdotal y a los 22 comenzó el seminario diocesano de Villa Devoto, dirigido por sacerdotes jesuitas. Allí decidió unirse a la Compañía de Jesús, quien lo envió a Chile en 1960 para realizar el Noviciado. Desde entonces, los valores franciscanos de la austeridad, la humildad y el compromiso con la comunidad y los pobres fueron levantados y promovidos por él a lo largo de su vida. En 1961 retomó sus estudios en Humanidades. Cursó la licenciatura en Teología en el Colegio Máximo de San Miguel donde estudió filosofía y seis idiomas: francés, italiano, alemán, inglés, latín y griego. Ocho después, a los 32 años, fue ordenado sacerdote y designado como maestro de novicios en Córdoba. A partir de allí tuvo un largo camino dentro de la Iglesia Católica. En 1998 sería ordenado Arzobispo de Buenos Aires, intentaría transmitir un evangelio cercano a los más humildes que transmitiera los valores jesuitas de austeridad. "Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos", dijo entonces. Tres años después, 21 de diciembre de 2001, sería ordenado como Cardenal por el papa Juan Pablo II, quien le otorgó el título de San Roberto Belarmino.

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